EN EL JUICIO A MENÉNDEZ, DI MONTE DECLARÓ:”MIENTRAS ESTUVE EN LA PERLA NO FUI DUEÑO DE MÍ VIDA”

Piero Di Monte, es sobreviviente del campo de concentración de La Perla, relató ante Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba, en el juicio que se le sustancia a Luciano Benjamín Menéndez y otros, los padecimientos sufridos durante su cautiverio en dicho campo de concentración.
Ante la pregunta formulada por el abogado defensor de Acosta-otro imputado y procesado en la causa Menéndez-“¿Usted delató a alguien?”.

Di Monte respondió: “la forma del interrogatorio me está molestando, mientras estuve en La Perla no fui dueño de mi vida y colaborar implica condividir, acompañar”
Ud no busca otra cosa que destruir mis valores. Usted quiere destruir mi persona, y me ha costado mucho llegar acá.
Di Monte, era trabajador de la empresa láctea Sancor de la ciudad de Córdoba. Parte de su testimonio al Tribunal, fue el siguiente: “ en 1976 vivía en una pensión de la calle Rosario de Santa Fe, personal policial y militar, entre los que se encontraba el capitán Jorge Acosta, allanó mi domicilio en horas de la madrugada, me detuvieron y trasladaron a La Perla”.
Actualmente Piero Di Monte es ciudadano italiano y reside allí, junto a su mujer y tres hijos. Recuerda quienes fueron sus torturadores.”Yo fui torturado por “Palito” Romero y luego por Elpidio Tejada (Texas) y en ese momento deseaba estar muerto, los provocaba, los insultaba para que me mataran mientras me picaneaban, de esa manera no seguiría sintiendo este intenso sufrimiento. Mientras me torturaban trajeron a mi mujer que estaba embarazada y también comenzaron a picanearla”.
Prosiguiendo con sus declaraciones Di Monte, agregó: “La Perla era la máquina de la muerte, los represores eran brutales y feroces y tenían la tarea de destruir al hombre, en La Perla no había hombres de valor ni de dignidad, no representan al ser argentino por más que invoquen a la patria”.
“Había un pacto de sangre ente los militares, gendarmes y civiles en La Perla, allí todos debían matar y de esa manera nadie podía denunciar al otro. Los torturadores tenían el objetivo de que se confiese y de esa manera traigan a otros”.
Así concluyó la quinta jornada del juicio a Menéndez y demás represores.